Chapter 139
Capítulo 139
Alberto extendió la mano y abrió la puerta del armario. Allí vio a Raquel.
Raquel estaba acurrucada en un rincón del armario, con su pequeño cuerpo encogido en una bola. Su largo y puro cabello negro caía en ondas sueltas. Al ver la puerta abrirse, sus ojos claros y aún somnolientos lo miraron con el pánico de un cervatillo asustado.
En ese momento, se veía indefensa, como una amante mantenida que se esconde cuando la esposa oficial llega a atrapar a su marido en falta. No tuvo más opción que bajarse de su cama y esconderse en el armario.
Alberto frunció el ceño. -¿Por qué te estás escondiendo en el armario?
Raquel acababa de despertar, sobresaltada por la voz de Ana en el exterior. Abrió los ojos y se dio cuenta de que estaba acostada en la cama del cuarto de descanso de Alberto.
No recordaba en absoluto cómo había llegado allí. Lo último que tenía en mente era que se había quedado dormida sobre la mesa.
Cuando escuchó a Ana acercarse furiosa, entró en pánico y no tuvo más remedio que
esconderse en el armario.
Raquel lo miró y preguntó: -¿Ana ya se fue?
Alberto no respondió.
Raquel alzó su rostro con una leve sonrisa en los labios. Vi que Ana estaba a punto de entrar, así que me escondí sola. Presidente Alberto, esta vez me porté bien, ¿verdad?
Alberto pensó: Cuando debe portarse bien, no lo hace.
En ese momento, Raquel salió del armario, pero había estado en cuclillas demasiado tiempo y sus piernas se habían entumecido. Apenas dio un paso y se desplomó sobre la alfombra.
La mano grande y bien definida de Alberto la sujetó a tiempo, sosteniéndola por el brazo delgado y estabilizándola.
Raquel movió su pierna derecha entumecida. -Gracias, presidente Alberto.
Alberto la observó. Ella apartó con delicadeza un mechón de cabello detrás de su blanca oreja, dejando al descubierto la mitad de su rostro limpio y delicado. Él apretó los labios y dijo en voz baja: -Si alguna vez te encuentras en esta situación de nuevo, a menos que un hombre te diga que te escondas, no tienes por qué hacerlo. ¿Entendido?
Las largas pestañas de Raquel temblaron ligeramente. ¿Acaso él pensaba que ella quería
esconderse?
Capitulo 139
¡Ella era la esposa legítima!
¡Ana era la amante!
Ella misma se sentía patética y ridícula por esconderse.
-Tenía miedo de que Ana me golpeara.
Alberto dejó escapar una risa sarcástica. -¿No puedes vencerla?
Aún tenía fresca en la memoria la imagen de Raquel derribando a Felipe y golpeándolo contranoveldrama
el suelo. ¿Cómo podría no ser capaz de derrotar a Ana?
Raquel alzó la mirada hacia él. -Sí puedo vencer a Ana, pero tenía miedo de que tú la
defendieras.
Alberto se quedó en silencio.
No temía a Ana.
Temía que él estuviera del lado de Ana.
Los ojos claros y penetrantes de Raquel se posaron en el rostro noble y apuesto
de Alberto. Con seriedad, preguntó: —Si algún día Ana y yo realmente nos
peleamos, ¿a quién ayudarías?
Alberto la miró sin decir una palabra.
Vaya. Su silencio era la respuesta. Por supuesto que ayudaría a Ana.
Ana era su favorita, su protegida, la razón por la que ella, la esposa legítima,
tenía que vivir como si fuera la amante.
Raquel retiró lentamente su brazo de la mano de Alberto con firmeza.
Alberto sintió cómo su palma quedaba vacía y retiró la mano.
Raquel preguntó con duda: -Presidente Alberto, ¿por qué estaba dormida en su cuarto de descanso?
Con el rostro inexpresivo, Alberto respondió: -Anoche te quedaste dormida sobre la mesa. Cuando despertaste, corriste a mi cuarto de descanso y, sin vergüenza alguna, te metiste en mi
cama.
¿Qué?
Raquel dejó escapar un leve jadeo, incapaz de creerlo. ¿De verdad había hecho algo así?
-Entonces, anoche... ¿dormí sola o... dormimos juntos?
Sus grandes ojos brillaban llenos de incertidumbre. Claramente, no recordaba cómo se había
Capitulo 139
aferrado a su cuello y se había acurrucado en su pecho.
)
Si ella no lo recordaba, entonces él tampoco. Después de todo, lo de anoche solo había sido un
accidente.
Alberto curvó sus delgados labios en una sonrisa burlona. -Raquel, ¿qué es lo que esperas? ¿ De verdad creíste que dormiría contigo? No, anoche dormí en el sofá.
Raquel, molesta, guardó silencio.
What do you think?
Total Responses: 0
If You Can Read This Book Lovers Novel Reading
Price: $43.99
Buy NowReading Cat Funny Book & Tea Lover
Price: $21.99
Buy NowCareful Or You'll End Up In My Novel T Shirt Novelty
Price: $39.99
Buy NowIt's A Good Day To Read A Book
Price: $21.99
Buy Now